El 20 de julio es un acto de gran valor, historia que tuvo sus inicios en la ciudad de Bogotá y donde se desencadeno un proceso de lo que hoy podemos decir que es COLOMBIA, cada registro de memoria es un reconocimiento a la interpretación de los hechos sucedidos en 1810 como lo fue el Florero de Llorente, suceso que dio inicio a la independencia.
Aquel viernes, día de mercado, la ciudad de Santafé era el escenario donde confluían campesinos procedentes de diversos sitios aledaños a la ciudad, como la Peña, Egipto, Belén, San Cristóbal, Usaquén y La Calera. Cargados con sus habituales mercados regateaban con los santafereños los precios de sus tradicionales cosechas y animales de cría. La Bogotá de entonces no tendría más de 20.000 habitantes y sus límites los marcaba por el norte con San Diego y Chapinero, al sur Las Cruces; al oriente, Egipto y al occidente, La Capuchina.
En los costados de la plaza mayor estaban dispuestas las construcciones del establecimiento político colonial: la cárcel, la casa de los alcaldes ordinarios, el cabildo, la escribanía y archivo, y la casa privada del virrey.
Según historiadores, los hechos ocurridos en 1810 se trataba de un plan cuidadosamente preparado para organizar una pelea callejera que daría inicio a una revolución ante la seguridad que tenían sus promotores de que el comerciante José González Llorente negaría el préstamo. Y ocurrió lo planeado. El español dijo que no prestaría un artículo de su tienda para el homenaje a un criollo, a lo que los hermanos Francisco y Antonio Morales respondieron atacándolo a golpes.
Unos historiadores dicen que González Llorente negó el préstamo en buenos términos, aduciendo que el florero estaba deteriorado. Otros afirman que fue altanero y que respondió: "Me cago en Villavicencio y todos los americanos".
La trifulca, ocurrida en lo que hoy es el corazón de Bogotá, encendió los ánimos y desencadenó una ola de acontecimientos que derivó en cuestión de horas en el arresto de los oidores de la corona y del virrey Amar y Borbón, así como en una declaración de independencia de la Junta del Consejo de Regencia.
De esta forma se dio inicio al proceso de nuestra independencia, hoy conmemoración de los 200 años, del cual Bogotá organizo un espectáculo sin precedentes, por la Alcaldía Mayor y el Gobierno Nacional, denominado 'Bicentenario, la fiesta de la Independencia', organizada en la Plaza de Bolívar; uno de los lugares más importantes de Colombia, debido a que alrededor de ella se encuentran importantes edificaciones como son el Palacio de Justicia, el Capitolio Nacional, El edificio Lievano, La catedral Primada.
Realmente fue un placer estar en este lugar, desde el momento que arribe en la plaza estaba ansiosa por observar el espectáculo de cierre, sin embargo no pensé que fuese tan espectacular, definitivamente una convocación del mejor talento cultural del país, espectáculo que se desarrollo en los cuatro costados de la Plaza de Bolívar y del cual se dice hubo más de 610 luces, 40 maquinas de humo y 16 proyectores de alta potencia.
Es importante mencionar que se conto con la producción del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, la dirección Artística de Jorge Alí Triana, la dirección musical de Iván Benavides y la dirección de Danza de ‘Tino’ Fernández, entre otros reconocidos profesionales que ponen en alto el talento colombiano en una fecha tan especial.
Tal vez había un promedio de 35 a 40 mil personas, un cierre con broche de oro, aunque muchos de los espectadores no tuvieron el lujo de poder ingresar al escenario de este magno evento.
El espectáculo inicio, con el saludo de bienvenida, (aquí entre nos, en ese momento no me emocione mucho porque ya nos habían dado la bienvenida como 3 veces. En ese instante estaba resignada a esperar un rato más). Sin embargo hubo un instante donde mi mirada quedo totalmente quieta, fija al Capitolio Nacional y donde comenzó una interpretación de música indígena acompañada por una danza alegórica entre gigantes tinajas. Para simbolizar la llegada de los españoles, irrumpieron caballos y para anunciar el arribo de los africanos; los tambores se tomaron el edificio. En esta representación contrasto al mundo prehispánico, la conquista y el mestizaje. Primer acto artístico que lo cerró la cantante María Mulata interpretando una canción a la raza colombiana.
En este costado del Capitolio Nacional quedo todo oscuro, las miradas de los espectadores algo perdidas buscaban a sus alrededores la continuación del espectáculo, el cual se dio al frente del Palacio de Justicia, con danzas acrobáticas, cantos al dolor y la música del octeto de César López. Desde allí el espectáculo se trasladó al frente oriental y se iluminó la Casa del Florero, símbolo de la rebeldía criolla. Con el estallido de fuegos artificiales se emuló la ruptura y se reprodujo la proclama de José Acevedo y Gómez cuando dijo: “Santafereños: Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes: ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan".
Como por arte de magia, o mejor como un ángel caído del cielo una mujer vestida de blanco y ondeando la bandera tricolor descendió desde la catedral hasta la esquina sur de la Alcaldía y cantó el “Cholo” Valderrama frente al Capitolio una composición llanera sobre Colombia, mientras en el Palacio de Justicia bailaban niños joroperos.
Nuevamente todo quedo en oscuridad, eso si la luna nos acompaño aunque no era luna llena su fulgor hizo presencia, como lo hizo un cóndor quien apareció en la fachada del Palacio Liévano y comenzó el espectáculo tecnológico llamado “mapping” video 3D, “El mapping es una técnica muy novedosa de proyecciones de gran dimensión sobre las fachadas de los edificios, donde el edificio de Liévano se convierte en mar, en montañas, en lo que queramos, con proyectores de una gran potencia”
Con este montaje todos quedamos atónitos, era como si estuvieras en una película, inmerso en ella, recordando la historia colombiana, sus orígenes, su raza, nuestros símbolos, nuestra gente, la fauna, la flora y la variedad geográfica colombiana. Un viaje a la huella histórica de nuestra linda COLOMBIA, de lo que queremos construir.
Ya para el cierre definitivo las luces se esparcieron por los cielos, los colores formaban un lienzo tal vez uno de los más bellos que se pueden formar con la mezcla de las sonrisas y la algarabía de ese lugar. Mientras se entonaba en coro “Ama la tierra en que naciste, ámala es una y nada más”…
De lo mejor y como dijo mi acompañante de esta aventura sin palabras… QUE BELLO ES PODER VER LO HERMOSO DE NUESTRO PAIS, PERO AUN ES MAS BELLO PODER DAR Y EXPRESARLO A LOS DEMAS”
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