Esto que les voy a comentar paso durante el desarrollo de una actividad con mis compañeros Ana María y Hugo, quiero hacer mención de este suceso porque llegue a una deducción que quiero compartir con ustedes.
Todo inicio en un encuentro que teníamos programado para realizar nuestro trabajo, no sé como llamar a todo lo que ocurrió esa noche si locuras del destino o coincidencias de la vida, pues bien mientras realizábamos unas diapositivas , salió a relucir uno de nuestros compañeros quien nos causo mucha curiosidad del porque no había asistido, por lo tanto lo íbamos a llamar, menciono “lo íbamos”, porque al fin no lo llámanos, en ese momento Ana María busco su libreta pero oh oh, no la tenía; al parecer se le había quedado en el lugar donde hizo la llamada para encontrarnos, realmente eso esperábamos que estuviera ahí, además que la necesitábamos porque al día siguiente mi compañera tenía una reunión y todo estaba en su agenda, salimos de la casa en operación rescate, cuando ya estábamos cerca del establecimiento donde supuestamente se quedo la libreta, la sorpresa fue que la reja estaba abajo, claro estaba cerrado, sin embargo se podía ver el interior del establecimiento, se le pregunto al señor por nuestro objeto en búsqueda, se demoro un poco, uhmm la verdad en un momento pensé que no estaba, pero cuando lo vi con la agenda en la mano guauuuuu me emocione, nuestra operación rescate salió a la perfección. Posterior a esto Hugo recordó que tenía que comprar un regalo de amor y amistad, por lo tanto después de tener la agenda procedimos a encontrar el regalo perfecto y misión cumplida lo conseguimos, sin duda una acción provoca otra reacción, tal vez sea un conjunto de fuerzas.
Analizando todo esto saque mi deducción, evidenciamos el efecto mariposa, tenía que pasar estos sucesos de lo contrario todo un entorno hubiera sido modificado en ese tiempo y por lo tanto el presente cambiaria es decir que si nuestro compañero hubiera asistido, tal vez la agenda no se hubiera olvidado y no se habría comprado el regalo, o por ejemplo si de la casa hubiéramos salido unos minutos mas tarde, tal vez el señor del establecimiento ya no estaría y nuestro operación rescate hubiera sido un fracaso, en consecuencia no se hubiera podido llevar la agenda a la reunión, en definitiva fue una red causal de acontecimientos que hicieron posible que todo saliera a la perfección y todo por encontrarnos en el lugar preciso y con los hechos adecuados,. por lo tanto si hacemos que algo no suceda cuando tiene que suceder, pues se originaría el caos, sin duda un pequeño cambio puede generar grandes resultados, y esto es un pequeño ejemplo de que en nuestra vida cotidiana y en las pequeñas cosas que hacemos siempre tiene un efecto, cualquier cosa que hagamos o dejemos de hacer es determinante en nuestra vidas que puede tener efectos impredecibles, ya sea con nuestra forma de sentir, actuar, pensar, hablar y en todos los aspectos, en este orden de ideas solo me queda por mencionar que tenemos un poder tan grande que tan solo con un pequeño movimiento en el aleteó por esta vida puede ser la sincronización perfecta o imperfecta de nuestro destino.
© Yenny Lorena Rodríguez G
Todo inicio en un encuentro que teníamos programado para realizar nuestro trabajo, no sé como llamar a todo lo que ocurrió esa noche si locuras del destino o coincidencias de la vida, pues bien mientras realizábamos unas diapositivas , salió a relucir uno de nuestros compañeros quien nos causo mucha curiosidad del porque no había asistido, por lo tanto lo íbamos a llamar, menciono “lo íbamos”, porque al fin no lo llámanos, en ese momento Ana María busco su libreta pero oh oh, no la tenía; al parecer se le había quedado en el lugar donde hizo la llamada para encontrarnos, realmente eso esperábamos que estuviera ahí, además que la necesitábamos porque al día siguiente mi compañera tenía una reunión y todo estaba en su agenda, salimos de la casa en operación rescate, cuando ya estábamos cerca del establecimiento donde supuestamente se quedo la libreta, la sorpresa fue que la reja estaba abajo, claro estaba cerrado, sin embargo se podía ver el interior del establecimiento, se le pregunto al señor por nuestro objeto en búsqueda, se demoro un poco, uhmm la verdad en un momento pensé que no estaba, pero cuando lo vi con la agenda en la mano guauuuuu me emocione, nuestra operación rescate salió a la perfección. Posterior a esto Hugo recordó que tenía que comprar un regalo de amor y amistad, por lo tanto después de tener la agenda procedimos a encontrar el regalo perfecto y misión cumplida lo conseguimos, sin duda una acción provoca otra reacción, tal vez sea un conjunto de fuerzas.
Analizando todo esto saque mi deducción, evidenciamos el efecto mariposa, tenía que pasar estos sucesos de lo contrario todo un entorno hubiera sido modificado en ese tiempo y por lo tanto el presente cambiaria es decir que si nuestro compañero hubiera asistido, tal vez la agenda no se hubiera olvidado y no se habría comprado el regalo, o por ejemplo si de la casa hubiéramos salido unos minutos mas tarde, tal vez el señor del establecimiento ya no estaría y nuestro operación rescate hubiera sido un fracaso, en consecuencia no se hubiera podido llevar la agenda a la reunión, en definitiva fue una red causal de acontecimientos que hicieron posible que todo saliera a la perfección y todo por encontrarnos en el lugar preciso y con los hechos adecuados,. por lo tanto si hacemos que algo no suceda cuando tiene que suceder, pues se originaría el caos, sin duda un pequeño cambio puede generar grandes resultados, y esto es un pequeño ejemplo de que en nuestra vida cotidiana y en las pequeñas cosas que hacemos siempre tiene un efecto, cualquier cosa que hagamos o dejemos de hacer es determinante en nuestra vidas que puede tener efectos impredecibles, ya sea con nuestra forma de sentir, actuar, pensar, hablar y en todos los aspectos, en este orden de ideas solo me queda por mencionar que tenemos un poder tan grande que tan solo con un pequeño movimiento en el aleteó por esta vida puede ser la sincronización perfecta o imperfecta de nuestro destino.
© Yenny Lorena Rodríguez G
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