martes, 13 de diciembre de 2011

DANCE ME TO THE END OF LOVE


!Sublime!... !Sombría!......UHMM la apertura amorosa puede y a veces exige quebrar al individuo y dejarlo vulnerable, debe haber un sentido en todo ello. ¿Cuál es ese sentido?


Leonard Cohen con esta bella canción clásica descubre la vida en una forma natural, por medio del romance y la forma artística como es el baila, la unión de un idilio como es el amor eterno. Su mismo nombre “Dance Me to the End of Love” me lleva a lo sugestivo, al lenguaje de una expresión pura y un espíritu que da alegoría a la vida y que hace su apertura al final de este ciclo, dejando un vacio de silencio ante la soledad.

Sin duda cada movimiento escénico y el verso ante una voz ronca nos representa un sin número de elementos tan categorizados, por ejemplo en el momento donde se menciona el nacimiento de nuevas criaturas con enormes potenciales y gran vitalidad, o aquel verso que denota la angustia y no hay que dejar de mencionar aquel donde se da un anuncio casi apocalíptico ante la mención de un fin.

“Dance me to the children who are asking to be born”,
“We’re both of us beneath our love, we’re both of us above”
“Let me see you moving like they do in Babylon”

Es importante hacer mención que cohen cuando menciona en su canción: “Dance me to your beauty with a burning violin”, se inspiro en el Holocausto, en sus lecturas encontró que en los campos de concentración nazis, en la antesala del crematorio ponían a un cuarteto (judío) de cuerdas a tocar música clásica mientras los prisioneros eran quemados vivos. Por lo tanto en el inicio se describe este fragmento ya que en el lenguaje de la consumación de la vida es el mismo que se utiliza al rendirse ante el ser amado.

No hay duda que todo está abierto a los sueños, al compartir, al vivir, al dar, se configura en ese alimentar de ilusiones que cimientan las fantasías, que se retroalimentan en el vaivén del quehacer, pero que a pesar del fortalecimiento de los mismos años, nos vemos amenazados por pruebas esenciales que se deben pasar y no hay forma de hacer tregua pues la punzada ante el deterioro de nuestra vitalidad se verá consumada, mientras otros se quedan con los recuerdos que logramos plasmar.

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