Al ritmo de los tambores, los sonidos se van esparciendo por los arbustos mezclándose con diminutas gotas que golpean de forma rítmica tus sentidos, la añoranza de estos cálidos colores que atraen la mirada fomentan curiosidad, no hay porque temer, pero hay una línea muy delgada que genera cierta impotencia, como esa duda que se clava en el pecho y no sabes como sacarla, solo quiero entender si algún día, esas cenizas volaran entre esos arbustos, para tener la templanza de aceptar lo que ha de venir. Sé que no tengo conciencia de los momentos que se escapan y tal vez ese sea el margen de error que aun no logro captar. No tengo suficientes argumentos para acabar con una historia que según dicen por ahí ya tuvo su fin, sin embargo que mas da, seguir mirando a otro lado, esquivando la mirada para no tropezar con un capitulo del cual ya se paso la pagina.
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