Así es, un evangelio que muchos no conocemos, que tal vez nunca nos lo contaron o quizás lo ocultaron, sin embargo es hora de dar a conocer la cara de la otra moneda, la fuente que cobrara autentico sentido al inicio de la “verdad”, el discurrir del espíritu que nos reflejara si todo hace parte de la subjetividad. No hay duda que esta nueva escritura es el portal del conocimiento en la ignorancia o solo sea un mito más, como otros muchos que hacen parte de nuestro diario vivir y de los cuales los incorporamos como si fueran hechos reales.
Bueno, pero no quiero dar más vueltas, el punto es que esta historia nos la relató un hombre sabio, en medio de su casa, donde se reúnen muchos para compartir una tarde agradable, hablar y refrescar la garganta, pues bien en medio de las conversaciones su voz mantenía una danza al compás de la carranga, sonidos musicales de una emisora local. Mientras mis ojos observaban de forma curiosa todos los cuadros, figuras religiosas y cosas curiosas que colgaban en las paredes.
El con una voz firme y una mirada picara formula una pregunta…....cual fue la bebida que le dieron a Jesús cuando estaba en la cruz?...en unos cuantos segundos una voz suave menciono vinagre.
Su gesto, una risa reservaba mientras su entrecejo simbolizaba un estamos mal, de inmediato menciono, como van a creer semejante barbaridad, y relató.
“sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de guarapo; entonces ellos empaparon en guarapo una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca."
De esta forma y por este acontecimiento, Jesús pudo exhalar su último suspiro y entrega su espíritu. Esto fue lo que le dio energías para cumplir fielmente en la cruz su papel redentor.
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