Hace unos pocos días me quede disfonica , y realmente es algo desesperante querer y no poder comunicarse, crea cierta impotencia, en la oficina me paso varias veces que a pesar que las personas sabían lo mucho que me costaba hablar, me pedían que repitiera, aún habiéndome oído.
Me causaba mucha risa, aunque no podía expresarla de forma elocuente, cuando me decía alguien pero Lorena no te entiendo, es que NO te entiendo, sabiendo el estado en que estaba, jajaj, pues era obvio que no me podía expresar bien, la voz me salía espantosa.
Tuve que callar varias veces y no opinar nada, aunque no estuviera de acuerdo. Sin embargo también esto deja aprendizajes, en ocasiones es mejor quedarse en silencio, hay momentos en los que es mejor mantenerse callado, y analizar nuestro contexto, no ahí duda que la palabra es un maravilloso instrumento de comunicación, pero en un buen porcentaje la utilizamos de una manera inadecuada, usualmente actuamos de forma intempestiva y espontanea y tal vez de aquí radique el problema, en donde todos pretendemos tener razón y no nos importa pasar por encima del que sea, con el son de jactarnos con nuestros intereses, siendo la causal en destruir lazos y alejar personas.
Siempre tenemos tantas cosas que decir, pero poco tiempo para escuchar y menos para comprender.
De igual manera, a pesar de mi disfonía, esto no fue impedimento para hacerme entender. Gestos, muescas y carteles, un lenguaje más allá de las palabras.
Para finalizar, solo puede decir que es tan grande la dimensión del poder de la palabra, como llegar entender el mundo de significados de los demás.
©Yenny Lorena Rodriguez G
©Yenny Lorena Rodriguez G
No hay comentarios:
Publicar un comentario