Entre cristales caídos y ausentes caminos, la historia de un nuevo acontecer se estremece, mi corazón late de manera vertiginosa, aun no entiendo; no puedo negar que soy emotiva, pero estos últimos días he estado muy susceptible, mi sensibilidad reboso mis poros, es muy ilógico, absolutamente todos los hechos que circundan a mi alrededor hacen que mis sentidos más profundos se estremezcan.
Han sido días de recordar, de meditar, de pensar, de contemplar, de extrañar, de observar, de escuchar, de admirar, puede que sea verdad que la sensibilidad es el despertar hacia la realidad y permita descubrir todo aquello que afecta en mayor o menor grado, soy totalmente sincera la sensibilidad es la que afina mi selectivo gusto poético; pero lo que estoy viviendo no tiene nada que ver con versos o prosas que acarician suavemente la interpretación de letras flotantes, va mucho más allá; se trata de un hecho sin precedentes, un tipo de desequilibrio receptivo, algo así como un punto de estado de conciencia que hace más visible los hechos “el darse cuenta”.
El problema radica en que muchas veces entre más sensible se es, con más problemas se puede uno encontrar, se es más vulnerable, es ahí donde se empiezan a despertar los interrogantes, ¿es bueno que tu sensibilidad salga a flote?, pues bien el desconocimiento de esos sentidos que se emanan de un centro, es el que nos lleva hacia ese punto superfluo de la existencia, tal vez el error radica en que muchos están encapsulados en una luz extraña que solo pretenden estancar los vínculos vivenciales del ser, obstaculizando el foco interno de las cosas, a decir verdad la claridad de visión tiene ese sentido estético de la belleza, puede que no todos estemos en un mismo grado de sensibilidad, y muchos no acepten compartir ese afecto puro, sin ninguna condición, sin pedir nada a cambio; simplemente volcando el corazón, aunque muchas veces nos cause desilusión, esto se convierte en un proceso de recuperación de energía ya que se descubre que se puede dar cosas buenas, descubriendo en los demás a ese "otro yo" que piensa, siente y requiere.
La vinculación nocturna me deja claro algo, las vocales y consonantes quedaron marcadas en esta apelación sensitiva, eco del sentido estético y sensorial que seguirán eclipsando mis emociones, mañana mi sensibilidad hallara su punto de equilibrio, ahora solo espero que mis huesos se sumen al reposo eterno, donde evocaran un suspiro al aire por el encuentro enigmático de una existencia irremplazable.
© Yenny Lorena Rodríguez G
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