Emociones tan extremas como la pasión y el odio, fantasmas que se evaporan en un camino que no tiene curvas y van directo al precipicio. Me embriaga el resplandor, no sé donde detener mi lenguaje, ellos son el reflejo de mi muerte, que van rodando en figuras diminutas, deseos que supuestamente me dicen donde ir, ¿pero quien me guía por la aurora?, gritos de ausencia que no se oyen, sombras que se amontonan fijando su mirada en el infierno musical.
¿Entonces? , a donde va a terminar todo, frases que se expanden de una forma tan profunda, lo noto en mis dedos sudorosos que tiemblan, tratando de reconstruir unas bases estéticas para convertirlas en significantes vacíos, esas misma que se obstruyen en mi garganta y forman parte de la inestabilidad de un idilio que repercuta vehemencia.
Tal vez un final enigmático, lo noto por el aire que me asfixia y las silabas que se chocan con el viento gélido, solo puedo decir que me encuentro atrapada en un mazo de naipes, donde mis arcanos se confabularon para hacerme entender que nunca he comenzado y nunca llegare a mi fin.
© Yenny Lorena Rodríguez G
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