Tal vez parezca anticuada o vieja, como quiera que sea, no voy a cambiar de opinión, en mi concepto la palabra tiene valor, aunque mucha gente lo tome de forma etérea, y la afirmación “las palabras se las lleva el viento” sea de las declaraciones que hoy en día tome más peso.
Es tan importante valorar lo que se dice como lo que se deja de decir, por ello la palabra es esencia de nuestra tarjeta de presentación y de ahí parte como el valor de la palabra es sello de identidad, de credibilidad, de confianza, de buena fe.
Por ciertas eventualidades comprometí mi palabra, porque confié en lo me dijeron, de la misma forma puse mi buena fe y trasmití ese mensaje a otra persona para que nos colaborare con el plan que se tenía, no puedo negar que me duele saber que todo se fue al piso y me duela más saber que “di mi palabra”, tal vez hubiera sido más sencillo que se hubiera cancelado todo desde un inicio y no dejar frases abiertas y con tanto sentido. No hay duda que es mejor ser claros desde un inicio y no crear falsas expectativas.
Me pongo analizar cuánto vale lo que dices, tal vez muchos opinen que para sortear las situaciones en estos momentos tan competitivos es necesario mentir o decir medias verdades, romper contratos y dejar esperando a las personas, pero a ¿qué se debe esto?, tal vez desde que inventaron las excusas todos quedamos bien.
Ahora bien, soy consciente que en este mundo cambiante, las circunstancias se pueden trasformar, sin embargo si ya nos comprometimos y dimos nuestra palabra, también debemos hacer todo lo posible para cumplir con lo pactado, por lo menos intentar hasta el final, si en definitiva sorteaste e hiciste todo lo posible para cumplir y no se pudo, es diferente porque intentaste con toda tu voluntad en hacer todo lo posible por cumplir.
Que chévere poder recuperar aquellas palabras que nos decían nuestro abuelos, “una vez que iniciamos un camino, hay que terminarlo, aunque a la mitad del mismo nos arrepintamos, el compromiso es terminar con lo iniciado”.
No tomemos nuestra palabras a la ligera, nos estamos acostumbrando en dar click y suprimir lo que no nos gusta, eliminar lo que ya no tiene valor para nosotros y listo volvamos a empezar y ya.
La palabra tiene un valor y va más allá de lo ancestral, tiene un sentido de tejido social, la palabra comprometida es asunto de Credibilidad y Dignidad.
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