Camino a Santander, realizamos una parada en Barbosa, bajamos del auto y de inmediato se acerco una perrita meneando su cola, queríamos tomar algo caliente para calmar un poco el frió de la noche, cruzamos la calle y la perrita nos siguió, pedimos las bebidas, mientras la perrita nos lanzaba una mirada tierna, queriendo expresar algo, tal vez quería comer algo, pedimos un pan, el cual cogió con su boca, se levanto del piso, paso la calle, en ese instante pensé que se alejaba para comerse su pan tranquila, pero no fue así, se fue a encontrarse con sus cachorros para compartir su alimento, que escena tan bella, el amor de una madre supera todos los limites, que linda enseñanza de lealtad y compañerismo.
Las lecciones que podemos aprender de los animales son realmente valiosas
©Loren´s Rog
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