Nuestro destino Guatapé, municipio de Colombia, ubicado en el departamento de Antioquia, salimos desde Bogotá, duramos 8 horas para llegar a nuestra primera parada el Peñol, a primer vista se ve una gigantesca roca, un monolito (una masa granítica, compuesta por cuarzo, feldespato y mica) de unos 220 metros, una formación geológica muy curiosa, sabíamos que nuestro objetivo era subir sus 740 escalones, esos mismos que nos llevaron al alto del Peñol y contemplar una vista panorámica del Embalse de Guatapé. Este embalse es un lago artificial construido para crear una enorme presa hidroeléctrica que abastece una buena parte de la electricidad que se consume en Colombia.
La Piedra del Peñol nos comenta nuestra guía fue escalada por primera vez el 16 de Julio de 1954 por un habitante de la zona, Luis Eduardo Villegas López, a quien en su memoria por su templanza e ímpetu le realizaron una estatua.
De este lugar arrancamos al parque recreativo Comfama, se encuentra ubicado a orillas del embalse El Peñol-Guatapé, un parque con senderos muy agradables, ambiente tranquilo, vista a la represa, atracciones acuáticas, un lugar ideal para pasar un día inolvidable.
Después de esta gran aventura nos esperaba el Yate Majestic con 32 metros de largo, 14 metros de ancho y 7 metros de altura, para realizar un paseo y disfrutar de los paisajes del embalse de Guatapé, mientras navegamos por el embalse, llamado también represa del Peñol – Guatapé, los guías de a bordo nos explicaron las principales características de este gigantesco pantano, a mitad de la travesía disfrutamos de un delicioso menú tipo buffet, el recorrido fue aproximadamente de 2 horas.
La noche no la podíamos pasar inadvertida así que hicimos un recorrido nocturno, buscamos un lugar ameno para disfrutar con nuestros compañeros de viaje, jugar cartas y tomarnos unas cervezas.
Al siguiente día, tipo 7:30 después del desayuno, nos dirigimos a la represa san Rafael, duramos como 45 minutos de trayecto, uuy el recorrido me dio duro, sentí desvanecimiento y me mareé, porque la carretera tenía muchas curvas, pero bueno ya después recobré energías y valió la pena llegar hasta allá, aunque estaba lloviendo y por poco se desiste del plan, a la final se continuo con el itinerario, el rio de san Rafael, es un gran atractivo turístico, pues sus afluentes de agua son hermosas y cristalinas, irradian armonía con la naturaleza, tranquilidad y magia. Posterior hicimos una parada en el pueblo frente de su iglesia nos deleitamos con unos pandebonos y avena.
Para rematar no podíamos irnos sin recorrer a Guatapé, el Pueblo de los Zócalos, representaciones bellamente esculpidas y pintadas en la parte inferior de sus fachadas, un reflejo de la identidad de sus habitantes, adornos con motivos y diseños muy coloridos, con animales, flores, símbolos y escenas cotidianas, en la caminata vas a llegar a la calle del recuerdo una réplica de una de las calles típicas que fue inundada por el embalse en el antiguo pueblo, considerada como patrimonio urbanístico y arquitectónico del pueblo.
Un pueblo pequeño pero adorable, La plaza principal está cubierta de pequeños taxis de tres ruedas y la iglesia Nuestra Señora del Carmen se levanta majestuosa vestida de rojo y blanco.
Nos vamos de este pueblo con el alma llena de color, levantando las manos para alcanzar unas de sus sombrillas de colores que nos lleve a seguir contemplando las maravillas de Colombia.
Agradecemos el acompañamiento de nuestras guías Paola Quintero y Lina González.
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