Continuando con nuestras aventuras, decidimos ir rumbo a Curazao una isla de las Antillas menores en el sur del mar Caribe y la región del Caribe holandés, ubicada a unos 65 km al norte de la costa venezolana; su nombre proviene de la palabra portuguesa que significa «corazón», ya que la isla era el centro del comercio en el siglo XVII.
Nuestro vuelo de Bogotá – Curazao fue de 2 horas aprox, llegamos al aeropuerto internacional Hato, un sitio moderno con capacidad para un máximo de 1.6 millones de pasajeros al año, cuenta con servicios como cajeros, ventas de divisas, restaurantes, de ahí arrancamos al hotel Sunscape Curacao Resort, un lugar muy acogedor, con piscinas, playa privada, actividades nocturnas, restaurantes variados y bares.
Esta isla, es un pedacito de paraíso donde nos sumergirnos en una cultura vibrante, caminar entre monumentos históricos y disfrutar de deliciosa comida mientras tomas el sol caribeño. La isla de Curazao ofrece una mezcla de diversión, aventura, autenticidad e historia.
Durante nuestro recorrido a Willemstad, la capital colonial, apreciamos tonos fuertes de azul, naranja, verde, rojo en las fachadas; por lo que se ha convertido en un singular atractivo de la isla de Curazao, su arquitectura antigua, con techos inclinados, construcciones en estilo Art Deco, se considera parte de una zona histórica declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1977.
En sus calles encontramos impresionantes obras de artes aquí te dejo mi numero 1.
El Romance de las Tres en Punto, el impresionante mural amarillo y azul del barrio de Scharloo, la idea detrás de la obra de arte es representar la libertad, pero también un lugar para relajarse, crecer y poder volar cuando vuelvas a ser más fuerte. El artista Francis Sling; menciona que "La misión con mi arte es hacer preguntas, porque las preguntas son las mejores respuestas a la felicidad”.
Diferentes lugares del mundo permiten a los enamorados colocar candados como símbolo de su amor, Curacao no podía permanecer ajeno a este ritual, llegando al Puente Reina Emma encontramos a PUNDA LOVE HEART, este obra fue creada por el artista local Carlos Blaaker y presentada en el 2017; la escultura la componen 3 corazones, no podíamos quedarnos atrás con esta tradición, por lo que dejamos nuestro candado de amor como símbolo de cariño y romanticismo de nuestra existencia.
Algo que no debe faltar es visitar el acuario, es a mar abierto, no es tan grande, pero si es acogedor, el show de delfines es una hermosura, puedes alimentar los flamencos, ver gran variedad de peces, tortugas; un lugar para admirar.
Estas son solo algunas de las cosas que puedes hacer, pero ahí muchas más, anímate y descubre momentos inolvidables.
"Nunca habrás disfrutado del mundo correctamente
hasta que el mar fluya por tus venas
y hasta que estés vestido con los cielos
y coronado con las estrellas.”
Thomas Trahern.
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