¡Vaya! En ocasiones, aparecen días en los que los planes no salen como esperas. Sin duda, una montaña rusa llena de miles de emociones, a pesar de las circunstancias, de eso se trata: de vivir.
La risa, la alegría, el dolor, la decepción, la incertidumbre, la esperanza, el amor, la amistad… Todo eso es la vida. ¡Es vivir!
Y qué mejor que tener cerca a esas bellas amistades que, con su ingenio y buen humor, tienen bajo la manga no solo el plan A, sino hasta el plan Z.
Ellos son quienes transforman esos momentos de incertidumbre en aventuras inolvidables, quienes nos recuerdan que, al final del día, lo importante no es cuántos giros tenga la montaña rusa, sino con quién los compartimos.
Porque al lado de esas personas, incluso los momentos más locos se vuelven llevaderos, y siempre encontramos motivos para sonreír.
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